domingo, 8 de noviembre de 2015

Comienzos estancados

Las tertulias no son tan improductivas como quisiéramos que fueran. Muchas veces, y sin decirnos nada entre nosotros, mientras estamos tertuliando, se nos ocurre alguna idea que nos persigue el resto de la tarde, como si nos susurrara al oído: "¡escribime!". Llegamos a la casa convencidos de tener toda la idea clara de principio a fin y comenzamos a escribir, al punto de sacarle sangre al teclado, hasta que ocurre: nos distraemos o repasamos lo escrito y no sabemos cómo debemos seguir. Este problema (si acaso lo es) le sucede a todo el mundo, y uno de nuestros profesores, de la manera más sabia, lo ha bautizado el síndrome de lo escrito en caliente. 
Así que, dejándolo enfriar, sucede que no es posible continuar las ideas ya plasmadas; el enfoque, el desarrollo y la intención, se pierden entre los caminos de la imaginación y queda el escrito en un punto que, si bien no es el final esperado, insinúa la idea que en algún momento existió en nuestros dedos. 
Estos intentos quedan en eso, en el reposo literario, que no se sabe si sea eterno. Esperamos regresar algún día a esas letras para terminar de rebosar la copa… o para beberla ante la insinuación que evoca la inspiración perdida.
A continuación les presentamos, uno por uno, los coitus interruptus, bautizados así por Carola, de cada uno de los contertulios en calidad de "intentadores". 

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