lunes, 7 de marzo de 2016

Casi poesía

La creación poética es un punto en común que desconocemos como contertulios, pero es innegable el hecho de que saborearla como lectores abre dimensiones sensibles que nos presentan un “otro” de cada uno casi a manera de epifanía. Sin embargo, en esta ocasión decidimos intentar controlar la torpeza que nos implicaría la tarea de escribir poesía y, como claramente no pensábamos arriesgarnos nosotros, sacamos a patadas a ese “otro” tímido que nos habita en asuntos poéticos. Un lápiz pegado con cinta a sus manos y una cara amenazante de nuestra parte, y como viento en popa surcaron esas páginas en blanco… una experiencia amable, como pueden imaginarse.

Sí, en esta tertulia fuimos siete. Y no, no es que por estudiar humanidades se me haya olvidado sumar; éramos dos de cada uno de los tres contertulios y una encantadora polaca que como invitada nos guio por ese territorio inexplorado con los consejos que a continuación les compartimos.


–Como podrán ver, esta es solo una parte de la publicación que hizo El Malpensante, porque aún somos aficionados con presupuesto de estudiante; pero si alguno está suscrito podrá leerla completa–


A partir de esto…

El repetido de Maleno se inspiró en la métrica de una famosa salsa: “La Zafra”.

Dulce y tosca puta

La clave es de pregón.
Aunque con la voz cansada,
La intención no está pasada,
Y ojalá no sea sermón.

Sus mañanas son una canción
De triste cadencia ajada.
Sus tardes no son anheladas;
Sus noches, total obscuración.

A mi vista es mansión
De expectación olvidada.
Tu fama no está manchada,
Dulce y tosca puta,
Siempre carente de corazón.
Soy yo quien tiene la culpa
Por nunca entender la lección
En tu lienzo pintada.
Dulce y tosca puta,
En vos hasta la extinción.
De trazos estás cansada,
Siempre lo veo en tu mirada.



La “otra” de Magnolia, por su parte, tuvo como punto de partida un viaje.

El mar que parece un cielo
de olas como estrellas radiantes
barcos que vuelan como aves
y se pierden en el azul profundo del océano

Nubes que son como ciudades,
como islas firmes en aires inciertos,
pasa el avión que mira a lo lejos
y sueña, como yo, con esas urbes sin dueño.

Me pierdo entre costas,
en la infinitud del azul del cielo,
me confunde el océano inmenso
que se pierde en realidades rotas;
porque soy yo quien imagina
que la vida está aquí arriba,
                        y no abajo,
en la fría verdad de mi eterna agonía
por no tenerte, vida mía.



Y la Carola que no soy yo, por algún defecto de fábrica, salió casi cuatro años menor.

Voy a escribirle un beso…

Voy a escribirle un beso,
Voy a callarme el miedo,
Quiero grabarlo en un abrazo
Sin que se vaya lejos.

Voy a dejar pasar el viento y la mar
Sin permitirme pensar que algo anda mal;
Quero respirar liviano un rato,
Quiero volverme crítica ante el encanto.

Y aunque esto suene a despedida
Usted es algo que definitivamente no se olvida.
Y ya sea el mío un viaje interminable
O se agote imperdurable,
Usted siempre podrá besarme,
Pues le ando escribiendo un beso.

Eso sí, le advierto que pase lo que pase
Seguiré imaginándolo,
Sin tácticas o estrategias
A veces sólo dormiré para soñarlo.

Siempre querré que me conceda una pieza,
Siempre querré besarlo,
Por eso cada que usted lea esto
Lo sentiré, lo sentiré en mis labios.